Desde aquel ya lejano 10 de septiembre de 1919, Sportivo Desamparados celebró y disfrutó de innumerables e inolvidables alegrías, pero también sufrió por las desdichas.
Hoy, se regocija con su gran presente en la segunda categoría del fútbol argentino: la Primera B Nacional.
Y es que otra vez vuelve a codearse con los grandes equipos como lo hizo en las décadas del 60’ y 70’, cuando disputó los famosos Regionales y Nacionales. Es cierto, ahora no se va a medir con todos, pero sí con una gran porción de ellos; aquellos que cayeron en desgracia y que revalorizaron la B Nacional. Gimnasia y Esgrima La Plata, Rosario Central, Huracán, Ferrocarril Oeste y nada más y nada menos que River Plate y Chacarita con quienes ya se enfrentó.
En ese transitar por el largo camino del deporte, Desamparados escribió páginas de oro para el fútbol sanjuanino. Primero en el ámbito local, luego en el nacional y hasta en el mundial.
De ese club, surgió el único jugador de estas tierras que jugó un Mundial. Fue allá por 1934 en la cita ecuménica de Italia cuando los clubes más destacados se negaron a ceder sus futbolistas a la Selección porque no estaban dispuestos a perderlos por tres meses cuando habían pagado tanto por ellos. Así, llegó la convocatoria para los del interior del país, entre los que estuvo José Nehín, luciendo además la cinta de capitán.
La época más gloriosa, Sportivo la disfrutó en 1969, 1972, 1973 y 1974 cuando participó en los Torneos Nacionales. Más tarde disputó los Regionales de 1976, 1987, 1988, 1990, 1991, 1993 y 1994.
También fue protagonista de los Torneos Argentinos de 1995 y 1996/1997, del Torneo Argentino B y del Argentino A desde el 2004 hasta junio del presente año cuando ascendió a la Primera B Nacional.
Y claro que hubo de esos momentos no queridos, nunca soñados ni añorados. El descenso a la Primera B de la Liga Sanjuanina en 1996 que le hizo tocar fondo para regresar a Primera en 1998 sin dejar dudas, consagrándose campeón en todas las categorías.
En la memoria colectiva de los hinchas puyutanos perduran nombres de grandes jugadores que vistieron la camiseta verde y blanca. Los hermanos Ismael, Vicente y Ángel Vega, los riojanos Armando Palacios y Carlos Massud, Alfredo Cortez, Carlos “Pepillo” Rodríguez, Isaac Roque Paz, Francisco Leónidas “El Panadero” Del Valle, Jesús Domingo Rivarola, Salvador Spadano, Horacio “Tomate” Quiroga, Jorge Finnemore y Leonardo Luis Recúpero, sólo por mencionar a algunos de las épocas más florecientes.
Sportivo Desamparados no fue el único club sanjuanino que se lució en el ambiente nacional, también lo hicieron por aquellos años San Martín, Atlético de la Juventud Alianza y el ex Los Andes. Pero sin dudas el Víbora se ganó un prestigio por sus buenas campañas y por su juego.
Esa institución nació por iniciativa de los estudiantes de la Escuela de Enología y tuvo su primera cancha en la quinta que se ubicaba en lo que hoy es avenida Circunvalación y Paula Albarracín de Sarmiento. Luego se instaló en la Villa Zavalla, desde 1926 hasta 1934. Posteriormente, en 1938, el gobernador Aldo Cantoni les cedió los terrenos fiscales pero como consecuencia del terremoto de 1944 fueron devueltos para que se emplace el Barrio de Emergencia Ameghino. Entonces, sin tener donde jugar, hicieron una cancha en los terrenos pertenecientes al hoy INPRES, hasta que, finalmente en 1960, el gobierno de Américo García se los concedió mediante decreto. Allí, es donde actualmente se erige su estadio.
Hoy, Desamparados saborea las mieles de tiempos pasados, pero también del presente.
La camiseta
Los colores que identifican a la camiseta de Sportivo Desamparados son el blanco y el verde. La tradicional es a bastones, pero también muchas veces lució la blanca con banda verde.
Sin embargo, José Luis Murillo quien investiga la historia de Desamparados y del fútbol sanjuanino en general, cuenta que no siempre fue albiverde. Por ejemplo, en 1928 cuando se fusionó con Huracán de Angaco lució una camiseta tricolor, similar a la de Marquesado, negra, azul y blanca. En 1930 usó una blanca pero con la banda negra y se estima que entre el 30’ y el 50’ empezó a utilizar la actual.
Según Murillo, en ocasión de recibir la visita de un equipo de Paraná debieron pedir prestadas las camisetas a otro club cercano llamado Banfield y a partir de ahí fueron adoptados el verde y el blanco, tal cual la camiseta del Taladro.
¿Por qué Víboras?
Dicen que esta denominación comenzó a darse por el estilo de juego del equipo en la década del 60’. “Este equipo juega por abajo, al toque y rápido, casi como arrastrándose. Parecen víboras”, comentaban en las tribunas. De allí, el actual mote.
Títulos locales
El primero fue en 1928. Después obtuvo los de 1963, 1966, 1968, 1970, 1971, 1972, 1973, 1975, 1976, 1983 y 1991.
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