La primera vez suele ser un momento único, irrepetible, inolvidable. Y para Hernán Lamberti fue hoy. El volante devenido en defensor fue el autor del gol del empate transitorio de Sportivo Desamparados, el de la esperanza, el de la ilusión de que se podía sumar triple. El gran capitán fue y le pidió la pelota a Juan Manuel Cavallo quien se aprestaba a ejecutar la falta que le había cometido el arquero Martín Perafán. La acomodó en el punto del penal y le pegó a ras de pasto al palo izquierdo del arco. Gol y éxtasis total para volver a poner las cosas como al principio tres minutos después de que el Halcón se pusiera en ventaja.
Lástima que ese tanto y el buen desempeño de Hernán no alcanzaran para sumar el segundo triunfo en el campeonato y de local. Más porque el nacido en Capital Federal fue al que sacrificó el técnico sacándolo del mediocampo, su hábitat natural, para desplazarlo a marcador de punta derecho.
Como contrapartida, Defensa y Justicia llegó al súmmum con su victoria, porque no sólo significó la segunda en el torneo (venía de vencer 3 a 0 a Chacarita), sino porque jamás tuvo esa dicha en San Juan. Es que enfrentando a San Martín en la Primera B Nacional solamente cosechó empates y derrotas.
Pero mejor mirar lo positivo, y en eso destaca que por fin volvieron las hinchadas visitantes a los estadios de la categoría, y hoy, aunque no fueron más de 30, la parcialidad de Florencio Varela se deleitó con el triunfo del Halcón. Justo en el día en el que por primera vez un equipo sanjuanino disputó un partido con luz diurna en estadio San Juan del Bicentenario.
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