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lunes, 19 de septiembre de 2011

Artura le pide pista a Bonetto

En la semana Jonathan Artura pensó que podía ser titular para este partido, pero el técnico Bonetto decidió que fuese al banco nuevamente. Su pensar se fundamentaba en que el partido ante Gimnasia entró, le cambió la cara al equipo y marcó el gol del empate. Ayer, ante Atlanta, ingresó en el segundo tiempo, también hizo un buen partido y con un golazo sentenció el partido y la tranquilidad en marcador al equipo por 2-0. Ahora vuelve a pensar en ingresar en el once ideal para el sábado ante Instituto. Ingresó cuando había pasado un cuarto de hora del segundo tiempo y de nuevo, al igual que ante los platenses entró inmediatamente en sintonía. La primera que tocó fue una asistencia para Cuevas, frente al arquero. Luego de tocar otras pelotas más, faltando cinco minutos para el final del encuentro, Cuevas le devolvió la asistencia y con un remate desde 35 metros clavó la pelota al lugar donde se junta el poste horizontal y el vertical. Un golazo. Y tranquilidad. “Si pateo una vez más y quiero hacer eso, no lo voy a volver a hacer. Siempre hay que probar de afuera cuando son partidos muy cerrados y donde cuesta penetrar en la defensa”, dijo Artura. Tras las últimas actuaciones del cordobés, Bonetto deberá tener en cuenta al jugador ya que pide pista para poder estar entre los titulares, quedando demostrado con dos golazos seguidos en partidos en los que ingresó en el segundo periodo. Es por eso que el volante redobló sus deseos coronando otra brillante actuación. 

Al arco o no, el gol se festejó igual
¿Le quiso pegar directo al arco o la intención era mandar un centro? Esa era la pregunta que repetían en el Estadio del Bicentenario, desde hinchas hasta periodistas que se encontraban aguardando la salida de los jugadores. Es que el ‘Gringo‘ Augusto Álvarez clavó la pelota en el ángulo, al ejecutar un tiro libre desde tres cuartos de cancha. Al arco o no, la gente lo gritó igual porque fue el desahogo ya que Desamparados no podía romper con agresividad la defensa de los bonaerenses.

“Siempre que es un tiro libre cerrado la intención es largar un centro, pero que tenga dirección al arco”, aclaró Álvarez. Es que en ese momento Desamparados no llegaba con claridad y faltaban apenas quince minutos para que se cerrara la historia. El volante hacía cuatro minutos que había ingresado y tras tocar algunas pelotas, le quedó un tiro libre a unos 37 metros del arco defendido por Llinas. Todos se prepararon para esperar el centro llovido, pero tras agarrar a contrapierna al portero, Augusto desencadenó la alegría. Puesta ahí o no, igual fue gol. 

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