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miércoles, 11 de abril de 2012

Un punto suspensivo

Sólo el tiempo dirá cuál es el valor del punto que finalmente sonó a castigo para Sportivo Desamparados en el trascendental choque contra Brown de Puerto Madryn. Es que el 1-1 final, jugado en cancha de Trinidad, no sumó en la tabla de los promedios pero tampoco restó, pues si hoy terminara el torneo se jugaría un triangular de desempate con Atlanta y los sureños para ver cuál club desciende directo y cuáles promocionan. En la tabla de lo anímico, pasó lo mismo. No suma ni resta pero cuando la necesidad es tan grande, suena a poco. Esta vez importaba más el fin que los medios y Sportivo Desamparados propuso el partido que podía proponer desde la lucha, la entrega, la actitud. Así empezó a jugarlo y le costó generarle juego a un Brown que se paró muy bien desde atrás para adelante. No había tenido opciones claras el equipo sanjuanino hasta que a los 18’, apareció por sorpresa David Drocco y cuando pisó el área ya tenía decidido donde definir para vencer a Pereyra. Golazo por la definición y un desahogo para todo Desamparados que ahora, con la ventaja en la mano, obligaba a que Brown saliera un poco más y le diera espacios para jugar. Se le dio y en ese lapso de partido, Sportivo mostró lo mejor de toda la noche desde el nivel futbolístico porque jugó, tocó y llegó. La tuvo Gonzalo Parisi, de cabeza, pero su remate fue a las manos del arquero. Esa chance perdida tendría espantosas consecuencias porque en la jugada siguiente el árbitro Montero vio infracción en una jugada dudosa para Brown y el zurdo Leandro Benítez la clavó el ángulo derecho del arco de Aguiar. Un golazo para empatar el partido y meter otra vez el trámite en el juego que necesitaba Brown. El resto de primer tiempo fue lucha y más lucha. Desamparados quería y no podía.

Fue impotencia, pocas luces y mucho corazón.

En el complemento, Desamparados intentó meter más presión pero sin desordenarse. Se adelantó algo más, buscó por todos lados y se expuso también. Y claro, casi le cuesta caro con dos apariciones de Gastón Stang en pelotas detenidas mal resueltas por el fondo sanjuanino. Faltando media hora, Arzubialde decidió cambiar el modelo. Metió a Artura y Desamparados pasó a tener enganche buscando ese juego y la profundidad que no tenía.

Hubo apenas ráfagas pero nada más. Fue voluntad y nada más. Y se sabe que con eso, en el fútbol no alcanza.

Desamparados se jugó el resto con el cambio de punta por punta en el ataque pero la reacción nunca se dio. Hubo garra, entrega, ganas pero pocos argumentos futbolísticos profundos para romper el cerco defensivo de un Brown que eligió cuidar el punto y apostar al error puyutano. No se le dio lo segundo pero aseguró un punto que suma en su presente.

Desamparados fue resignación. Ya no tenía respuestas y sabiendo que cuando no se puede ganar, no es bueno perder.

                                                                              Las claves
1. Actitud. Si algo se puede rescatar del empate final para Sportivo Desamparados fue su convicción de querer cambiar este flojo momento pese a sus limitaciones futbolísticas.
2. Ilusión. Cuando Sportivo consiguió abrir a Brown con el gol de Drocco pareció encontrar el camino para terminar de ganarlo pero ese momento duró apenas 10 minutos.
3. Realidad. El empate de Brown desnudó todo el presente de Sportivo porque se nubló futbolísticamente y nunca pudo encausar el partido a su favor para liquidarlo definitivamente.

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