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martes, 21 de febrero de 2012

Mitad del vaso y sed

En su primera presentación del año ante su gente, Desamparados llenó la mitad del vaso con las expectativas que había generado, porque el empate en un gol ante un Chacarita que demostró estar conforme todo el segundo tiempo dejó al equipo de Dillon con la sensación de haber podido llevarse un poco más.

En un duelo de rivales directos por la lucha en la permanencia, Sportivo hizo los méritos en el segundo tiempo, cuando tuvo más tiempo la pelota y contó con más oportunidades de gol, pero le faltó un generador de juego que le sacara mayor provecho a los intentos.

Curiosamente, los goles se produjeron en el primer tiempo, cuando el partido nunca se armó y los arqueros solamente trabajaron para buscar la pelota en su arco. A los 17, un saque de arco fue mal calculado por los jugadores de Sportivo y Ereros sacó un potente disparo de afuera del área que entró junto al palo izquierdo de Giordano. Y en la única jugada asociada entre Ceballos y Parisi, Santiago entró al área y remató para superar a medias a Tauber y Lamberti terminó empujando la pelota para asegurar que fuera la igualdad.

En el arranque del complemento, Ceballos volvió a encontrarse con Parisi, quien a los 3 minutos sacó un remate alto y a los 6, el que le dio mordida fue Alvarez. De la Riva movió el banco de Chacarita para volver a tener la pelota y Dillon apostó a los ingresos de Anívole y Cuevas. Sin llegar a lucirse, Sportivo se adueñó de la pelota y Chacarita se dedicó exclusivamente a cuidar su arco.

Desamparados buscaba a Parisi especialmente por arriba y el delantero tuvo la más clara de toda la noche a los 28 minutos, cuando recibió en el área y de media vuelta sacó un remate que sacudió el travesaño. Nueve minutos después, el delantero se sorprendió con un centro y su cabezazo fue defectuoso. Esta vez no hubo un gol en tiempo adicionado y el empate se terminó adueñando del marcador. Así, Desamparados logró sumar un punto que lo deja prácticamente situado en la misma posición, en zona de promoción tan cerca de zafar de todo como de ser alcanzado por los de abajo. Ayer asumió el protagonismo, en el segundo tiempo, pero necesita ese plus para no quedar sólo en buenas intenciones.

La hinchada jugo otro partido
Antes, durante y después del encuentro desde la cabecera norte del Estadio del Bicentenario, atronó el aliento para el equipo. La hinchada varió sus cantos durante los 90 minutos. Hubo de todo. Algunas consignas referidas a San Martín, clásico rival provincial y otras en las que se imploraba más que pedir +que esta noche tenemos que ganar+. En algún momento se trató de contagiar al resto de los aficionados con el +griten c... si quieren ser campeones+.
No se ganó, se empató, quedaron con la boca quedo gusto a fósforo, pero con el corazón intacto pensando en River, el puntero, que vendrá la semana próxima con todo su potencial y al que se intentara bajar del pedestal desde el que mira a todos sobre el hombro.

Dejó pasar el primer tren
El partido de anoche, como local, ante el último de la tabla, que además es rival directo en la lucha por la permanencia, era un partido que Sportivo debía ganar. Son aquellos cotejos donde se juegan muchas más cosas que los tres puntos. Son finales y a las finales hay que jugarlas a cara de perro. El Desamparados que anoche convocó 6.000 personas al estadio del Bicentenario no se contagió del empuje de su gente, fue tibio en la primera mitad, y le permitió a Chacarita, que hasta ayer había hecho nueve goles en 20 partidos que le convirtiera (Ereros hizo un gol de otro partido). Es cierto que lo empató en esa primera mitad y lo hizo cuando se dio cuenta que tenía que buscar más a ras de piso y no tanto con centros para un Parisi obligado a pelear de espaldas ante dos centrales toscos que hicieron agua cuando se los enfrentó con pelota dominada, como ocurrió en el gol del empate.

Las pocas luces de ese primer tiempo se encendieron cuando Ceballos bajó un par de metros y se juntó con Lamberti. Lamentablemente, Alvarez muy abierto por la izquierda entró poco en el circuito y el primer tiempo se fue con una opaca igualdad, en el que a los dos les costó hilvanar tres pases seguidos.

El segmento inicial del segundo periodo mostró a otro Sportivo, más ambicioso. Con sus volantes más cerca de los delanteros y con el aporte más continuo de jugadores como Drocco y Fontana por el sector derecho.

De la Riva se dio cuenta que peligraba el partido y oxigenó con dos cambios la mitad de la cancha. Dillon se jugó a todo o nada, hizo dos variantes dejó línea de tres y lanzó a sus hombres al ataque. Esa segunda mitad la jugó más como una final. Asfixió la salida de Chacarita, controló más la pelota y generó opciones claras como las dos que tuvo Parisi, una media vuelta que rebotó en el vértice de poste y travesaño y el cabezazo del final que salió desviado.


Anoche Sportivo mereció un poco más, pero tuvo en sus intermitencias a su peor rival y se quedó en el anden cuando debería estar viajando más tranquilo a la estación Permanencia.


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