Hay partidos y partidos. Los que te condenan o los que te marcan en el momento justo. Esos que sirven para enderezar el rumbo (esperando que sea definitivamente) y afirmarse. Para sacar crédito, tomar confianza, hacerse fuerte y tener prácticamente en el bolsillo el objetivo, al menos para la primera mitad de esta presente B Nacional en la que Desamparados está conociendo. Todo eso y más es lo que se llevó Sportivo de Quilmes, al que superó el sábado por 1-0. Acumuló 18 puntos y cada vez mira desde más lejos la tabla de los promedios (tiene el 6to. mejor registro con 1,385), su real campeonato para su primera temporada en la categoría.
El triunfo ante el cervecero fue un paso gigante a la consolidación, ya los números no le son adversos. Ganó 5, empató 3 y cayó en los restantes 5 encuentros que disputó. ‘Los tres puntos son vitales para el objetivo‘, destacó Bonetto tras el enorme triunfo con el gol de David Drocco. En una semana en la que los sucesos sobre el alejamiento de Bonetto no repercutieron futbolísticamente en el plantel y menos en la cancha.
La calma volvió, los fantasmas se fueron y estas 3 unidades lo dejan muy a mano de la misión de sumar 25 puntos para la primera mitad, a la que le restan 6 juegos, de los cuales el último pasará para el 2012. Por ello es que tan sólo debe acunar 7 unidades de 18 en juego. Es decir un 38%, o traducido en resultados: ganar 2 y empatar 1. Muy posible si se tiene en cuenta que a lo sólido que se empezó a hacer de local, de visitante sabe cuál es su intención y cómo plasmarla.
Eso se apreció en los dos últimos juegos. En San Juan ante Independiente Rivadavia manejó y pegó en los momentos justos. Y en Buenos Aires su libreto se basó en ser inteligentes, proponer su intención y obligar al rival. Tuvo la iniciativa y por ello que en el primer tiempo ya ganara no sorprendió. Luego, aguantó y demostró la otra parte de su intención.
Logró adueñarse de la pelota y poner nervioso a Quilmes en los primeros 45’ y marcó cómo se defiende y cierran todos los espacios para que el rival se pierda en intentos en el complemento. Fue el partido de las sociedades. Atrás, Barth y Rosso se complementaron y no quedaron mal parados. Nunca en línea y siempre haciendo los relevos para el corte preciso. En el medio, la dupla Cálgaro-Lamberti fue la base para ganar. Se hicieron fuertes en la zona donde todo se gesta y ellos, más allá de impedírselo a Quilmes, hicieron la doble misión ya que tras quitar, generaron. Y adelante, Reinoso-Ceballos fueron incansables. Corrieron siempre desde atrás, presionaron la salida cuando hubo que ayudar al resto, y fueron un dolor de cabeza cuando obligaron al fondo del cervecero por su insistencia. Un punto alto para justificar desde el ataque la solidez defensiva que mostró todo Desamparados.
La sociedades siempre son positivas y en Desamparados se están solidificando. El resto, los que están por afuera como Fontana y Díaz fueron firmes en la marca, y por delante de ellos Drocco y Alvarez inteligentes, porque resultaron la rueda de auxilio para los demás, ya que estuvieron en todos lados y con un rendimiento notable. Sin olvidarse de Giordano, a quien lo exigieron un par de veces y el arquero mostró la seguridad y reflejos necesarios para que los demás se dedicaran al resto.
Un combo, con el sello del entrenador Marcelo Bonetto, que de a poco y como el cordobés pidió, había que darle tiempo para que el verdadero Desamparados apareciera. “Sportivo no es menos que nadie”, fue siempre la frase de cabecera, hoy lo demuestra, esta erguido, derecho y no se cae, porque maduró.
El triunfo ante el cervecero fue un paso gigante a la consolidación, ya los números no le son adversos. Ganó 5, empató 3 y cayó en los restantes 5 encuentros que disputó. ‘Los tres puntos son vitales para el objetivo‘, destacó Bonetto tras el enorme triunfo con el gol de David Drocco. En una semana en la que los sucesos sobre el alejamiento de Bonetto no repercutieron futbolísticamente en el plantel y menos en la cancha.
La calma volvió, los fantasmas se fueron y estas 3 unidades lo dejan muy a mano de la misión de sumar 25 puntos para la primera mitad, a la que le restan 6 juegos, de los cuales el último pasará para el 2012. Por ello es que tan sólo debe acunar 7 unidades de 18 en juego. Es decir un 38%, o traducido en resultados: ganar 2 y empatar 1. Muy posible si se tiene en cuenta que a lo sólido que se empezó a hacer de local, de visitante sabe cuál es su intención y cómo plasmarla.
Eso se apreció en los dos últimos juegos. En San Juan ante Independiente Rivadavia manejó y pegó en los momentos justos. Y en Buenos Aires su libreto se basó en ser inteligentes, proponer su intención y obligar al rival. Tuvo la iniciativa y por ello que en el primer tiempo ya ganara no sorprendió. Luego, aguantó y demostró la otra parte de su intención.
Logró adueñarse de la pelota y poner nervioso a Quilmes en los primeros 45’ y marcó cómo se defiende y cierran todos los espacios para que el rival se pierda en intentos en el complemento. Fue el partido de las sociedades. Atrás, Barth y Rosso se complementaron y no quedaron mal parados. Nunca en línea y siempre haciendo los relevos para el corte preciso. En el medio, la dupla Cálgaro-Lamberti fue la base para ganar. Se hicieron fuertes en la zona donde todo se gesta y ellos, más allá de impedírselo a Quilmes, hicieron la doble misión ya que tras quitar, generaron. Y adelante, Reinoso-Ceballos fueron incansables. Corrieron siempre desde atrás, presionaron la salida cuando hubo que ayudar al resto, y fueron un dolor de cabeza cuando obligaron al fondo del cervecero por su insistencia. Un punto alto para justificar desde el ataque la solidez defensiva que mostró todo Desamparados.
La sociedades siempre son positivas y en Desamparados se están solidificando. El resto, los que están por afuera como Fontana y Díaz fueron firmes en la marca, y por delante de ellos Drocco y Alvarez inteligentes, porque resultaron la rueda de auxilio para los demás, ya que estuvieron en todos lados y con un rendimiento notable. Sin olvidarse de Giordano, a quien lo exigieron un par de veces y el arquero mostró la seguridad y reflejos necesarios para que los demás se dedicaran al resto.
Un combo, con el sello del entrenador Marcelo Bonetto, que de a poco y como el cordobés pidió, había que darle tiempo para que el verdadero Desamparados apareciera. “Sportivo no es menos que nadie”, fue siempre la frase de cabecera, hoy lo demuestra, esta erguido, derecho y no se cae, porque maduró.
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