Con cuatro técnicos en una misma temporada que aún no finaliza, Desamparados fue creciendo, se fue haciendo con los partidos y por ello es que hoy se puede decir que el equipo no luce ni derrocha juego, pero sí que los golpes lo fueron moldeando para este presente de un equipo aguerrido, que se metió en la semifinal por la Promoción para llegar a la B Nacional tres el enorme y sufrido triunfo del miércoles sobre Douglas Haig. Victoria que alza a los hinchas, que sienten que estar en la segunda categoría del país es posible (ver infografía).
“Los jugadores han sido unos héroes, porque jugar como han jugado, con el corazón que va de la mano con lo que es la mística de nuestro club. Parece que Desamparados ha nacido para sufrir, pero por suerte se nos dio el resultado y ahora estamos trabajando en lo que viene”, destacó ayer el presidente de la institución puyutana Miguel Jofré.
Desamparados entró en una instancia en la que sólo sirve ganar, sin importar el cómo y lo viene cumpliendo. Porque es un equipo que para este tipo de definiciones, los que son de ida y vuelta, de toma y traiga, de ganar o morir, es donde este plantel aparece. Y la clave es una sola y la que pocos equipos tienen en la actualidad: son guerreros, sienten ese amor por la camiseta que siempre se pide, más allá que Desamparados sea un paso en sus carreras.
Las pruebas están a la vista y frente a Douglas se evidenció. Tuvo un primer tiempo flojo, en el que empezó cayendo por un error defensivo, sumado a que se perdió un penal. Los cuatro defensores tuvieron desinteligencias, en el medio perdió la pelota y Levato, en el conjunto rival, manejó el partido y la cancha. Mientras que arriba hubo poco y probar al arco no se advirtió.
Todos síntomas de un equipo sin reacción y para el que era imposible revertir el resultado. Pero en el complemento apareció ese grupo de “guerreros”. Con fuerza, ganas, sin fútbol, pero creyendo en su potencial. Esa fue la receta, apoyada por algunas variantes de nombres que dispuso Garay. “Se sufrió mucho. Nos cobraron un penal, quedamos abajo, erramos nosotros un penal y después se produce el milagro. Realmente fue un delirio. Pasamos de estar sufriendo, amargados, a esas lágrimas de felicidad”, agregó Jofré.
Porque tardó en llegar esa reacción, pero llegó a falta de 13 minutos para el final. Fue triunfo y clasificación. Con sabor a sudor, mística y dejando en claro, dado que lo del miércoles no fue la primera vez que lo hace, que cuando hay que pechar y batallar a su juego lo llamarán. En síntesis, las agallas que un equipo con pretensiones necesita en este tipo de definiciones. “Guerreros”, porque no brillan, pero dejan todo en la lucha diaria y ya piensan en su próxima batalla.
“Los jugadores han sido unos héroes, porque jugar como han jugado, con el corazón que va de la mano con lo que es la mística de nuestro club. Parece que Desamparados ha nacido para sufrir, pero por suerte se nos dio el resultado y ahora estamos trabajando en lo que viene”, destacó ayer el presidente de la institución puyutana Miguel Jofré.
Desamparados entró en una instancia en la que sólo sirve ganar, sin importar el cómo y lo viene cumpliendo. Porque es un equipo que para este tipo de definiciones, los que son de ida y vuelta, de toma y traiga, de ganar o morir, es donde este plantel aparece. Y la clave es una sola y la que pocos equipos tienen en la actualidad: son guerreros, sienten ese amor por la camiseta que siempre se pide, más allá que Desamparados sea un paso en sus carreras.
Las pruebas están a la vista y frente a Douglas se evidenció. Tuvo un primer tiempo flojo, en el que empezó cayendo por un error defensivo, sumado a que se perdió un penal. Los cuatro defensores tuvieron desinteligencias, en el medio perdió la pelota y Levato, en el conjunto rival, manejó el partido y la cancha. Mientras que arriba hubo poco y probar al arco no se advirtió.
Todos síntomas de un equipo sin reacción y para el que era imposible revertir el resultado. Pero en el complemento apareció ese grupo de “guerreros”. Con fuerza, ganas, sin fútbol, pero creyendo en su potencial. Esa fue la receta, apoyada por algunas variantes de nombres que dispuso Garay. “Se sufrió mucho. Nos cobraron un penal, quedamos abajo, erramos nosotros un penal y después se produce el milagro. Realmente fue un delirio. Pasamos de estar sufriendo, amargados, a esas lágrimas de felicidad”, agregó Jofré.
Porque tardó en llegar esa reacción, pero llegó a falta de 13 minutos para el final. Fue triunfo y clasificación. Con sabor a sudor, mística y dejando en claro, dado que lo del miércoles no fue la primera vez que lo hace, que cuando hay que pechar y batallar a su juego lo llamarán. En síntesis, las agallas que un equipo con pretensiones necesita en este tipo de definiciones. “Guerreros”, porque no brillan, pero dejan todo en la lucha diaria y ya piensan en su próxima batalla.
El Sabado a las 20 para estar mas cerca del ascenso
Desamparados está ahora a cuatro partidos de adjudicarse el derecho a disputar la Promoción ante un equipo de la B Nacional, y los dos primeros compromisos los tendrá ante Central Norte de Salta. La ida será el sábado a las 20 en el Serpentario, para definir el finalista el miércoles 8 del corriente, de visitante. Teniendo el conjunto del Norte del país la ventaja deportiva por mejor ubicación en la tabla general.
‘Con un poquito de suerte y con los jugadores que jueguen como anoche (por el miércoles), estamos seguros que podemos clasificar‘, dijo Jofré, dejando de manifiesto y avalando aquello que no derrocha fútbol pero sí vigor.
En la temporada, sanjuaninos y salteños se midieron una vez, fue el pasado 3 de abril de 2011, cuando por la segunda fecha del Nonagonal final Desamparados cayó de visitante 2-1. Empezó ganado con el gol de Cristian Pérez, pero Motta y Fretes lo dieron vuelta.
Fuente: Diario de Cuyo
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