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martes, 21 de junio de 2011

A 825 km de la gloria

Entre Nonagonal y Promoción, Sportivo Desamparados se bancó calladito y sin chistar una cantidad de kilómetros en colectivo que en otros niveles de competencia es inhumano. Viajó a Salta dos veces, otras dos a Mar del Plata, a Córdoba capital, a Pergamino, a Tres Arroyos en el interior de Buenos Aires y ahora San Francisco en el Este cordobés. Más de 8.000 kilómetros encima y hoy, por esas cosas del fútbol está a 825 kilómetros de la gloria, sabiendo que esa es la distancia que lo separa de San Miguel de Tucumán, su última escala. Saber cuál será la repercusión de tantos viajes, de tanto colectivo, de tantas concentraciones ya no interesa. El grupo que conduce Daniel Garay está muy bien de la cabeza y eso, en un mano a mano, es vital para sostener pretensiones ante un equipo de una categoría superior, pero que viene golpeado desde lo anímico como San Martín tucumano que cayó en Promoción en la última fecha y ese sacudón no es fácil de asimilar para nadie.

Pero eso es historia aparte para este Desamparados que se ha convertido en un utilitario dentro de la categoría al que no le sobran lujos ni prestaciones pero le sobra confiabilidad para llegar siempre. De atrás para adelante, como lo diseñaron en su concepción allá por junio del 2010 cuando Darío Tempesta empezó a elegir los nombres para este plantel. La llegada del arquero Diego Aguiar fue todo un acierto porque devolvió confiabilidad y seguridad. Retener a Mauricio Del Cero significó empezar a armar una columna vertebral sólida a la que se le agregó la dupla Barth-Beratz que llegaba desde Tandil con experiencia de finales y Promoción ya jugados. En el medio, la continuidad de Hernán Lamberti también fue otro acierto porque el de Castelar se hizo referente dentro y fuera de la cancha. A sus costados, hoy se mueven casi de memoria Gerardo Corvalán y Augusto Alvarez, dos volantes de características similares que aportan despliegue, llegada, marca y equilibrio. La magia se la dieron a Matías Garrido para que se suelte y termine siendo lo mejor de la temporada, mientras que en el ataque falta todavía gol para terminar de cerrar el circuito completo de solidez defensiva, capacidad combativa y contundencia ofensiva. Ese es el punto flaco a resolver pero el amor propio de la dupla Pérez-Reinoso o cuando ingresan Santiago Ceballos y Pepe Sánchez, disimula las limitaciones. Eso es Desamparados: un utilitario. Seguro, confiable, al que no le sobran prestaciones pero que siempre te lleva a un lugar seguro.

Se paseó por medio país. Lo hizo en colectivo, sin quejarse. Hoy está a sólo 825 kilómetros del viaje más ansiado de su presente. Sin que le sobren lujos pero con absoluta justicia. 

Fuente: Diario de Cuyo

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